La reflexión que me interesa abordar esta semana tiene que ver con la forma en que podemos evaluar nuestras sociedades estratégicas y ejercer nuestro Liderazgo.

Ser un líder y ejercer el liderazgo en el ramo o en el giro de nuestra empresa requiere de un esfuerzo de Mejora Continua. Un verdadero líder debe ser capaz no sólo de conocer a detalle cada proceso del trabajo diario de la compañía sino que debe saber transmitirlo a su equipo. En esa habilidad de entendimiento y transmisión del conocimiento, está la clave para formar sociedades estratégicas de cara al éxito. La semana pasada hablamos del factor tiempo en la consolidación de sociedades estratégicas, ese tiempo es fundamental porque estamos ante la oportunidad de crear una relación de largo plazo.

Para llegar a ello es muy importante tener sensibilidad y liderazgo para crear personas y equipos excepcionales que no sólo comparten la filosofía de nuestra empresa sino que incluso se sirven de nuestras propias herramientas. Es una Cultura que comienza con nuestra propia participación. Con Cultura me refiero a las actitudes y comportamiento que caracteriza el funcionamiento de un grupo. Si hay un problema hay que verificarlo personalmente, si hay un acierto ahí debemos estar también. Es decir, la mejor valoración es la que podemos realizar nosotros mismos.