Hoy, a modo de conclusión quisiera dejar asentados los cuatro pilares fundamentales del sistema de Calidad farmacéutico.

Primero que nada es necesario un buen sistema de monitorización, interno y externo de los procesos pero también de las condiciones externas para conocer anomalías, auditorías, condiciones del mercado e inconformidades. Con ello podemos identificar las áreas de mejora continua y las fuentes de variación que puedan afectar el rendimiento. Conviene hacerlo de manera metódica, utilizando herramientas estadísticas y de gestión de cómo los utilizados en eventos SigmaKaizen.

En segundo lugar se debe contar con un sistema de acciones preventivas y correctivas. Aquí les recuerdo el Mantenimiento Productivo Total, como la herramienta proactiva Kaizen más importante para identificar posibles problemas a futuro y solucionarlos antes de que sucedan.

El tercer pilar se caracteriza por la gestión de cambios, la innovación y la mejora continua. Más aún en una industria que requiere grandes esfuerzos y recursos de investigación para desarrollo de nuevos productos o de comercialización de fórmulas genéricas intercambiables.

Finalmente está la responsabilidad directiva. Ahí reside la palabra final y la transmisión del conocimiento. El llamado “Agente de Cambio” dentro de la terminología LeanSigma, debe ser capaz de medir la consecución de objetivos, tener capacidad de autoevaluación y gestionar las auditorias internas. Recuerde que incluso las industrias con mayores procesos de control son susceptibles de incorporar nuestra metodología Lean.