El proceso de mantenimiento es considerado como un proceso necesario para garantizar el desempeño correcto de los equipos. Si no se realiza este proceso bajo una metodología ordenada, planeada y bien ejecutada, se pude volver una pesadilla para las operaciones. Es por esto que TPM (Mantenimiento productivo Total) nace como una sistema que nos permite asignar correctamente el uso de los recursos destinados por la compañía para proporcionar a las operaciones equipos confiables y predecibles y así hacer más eficiente la asignación de costos.

La metodología TPM le puede ayudar a:

  • Planear las actividades de mantenimiento preventivo del equipo, optimizando el tiempo, inventarios de refacciones, así como la mano de obra destinada para realizar la tarea
  • Desarrollar rutinas de inspección y mejoras menores del propio personal dueño del equipo, evitando deterioros mayores del equipo
  • Evitar daños de material y desgaste de piezas y partes por medio de inspecciones predictivas que se anticipan al daño mayor del equipo

En resumen, disponer de esta herramienta nos permite optimizar costos, el uso y buen uso de activos relevantes de la compañía, alargando la vida útil de éstos por medio de una cultura de trabajo basada en la mejora continua.