Los hechos asustan un poco: La mayoría de las empresas que desarrollan una visión o estrategia, no logran un avance significativo que los acerca a la consecución de esa visión. Con base en datos del Rendimiento Estratégico y Gestión de Inteligencia de Negocios, en el mundo sólo el 33% de las empresas tienen éxito al ejecutar plenamente sus visiones. Y no, no estamos hablando de cuentos de hadas, pero necesitamos mejoras significativas para sobrevivir y prosperar en los mercados competitivos hoy en día. Así que si es tan importante

¿Por qué tantas personas no están a la altura y fallan al momento de tener un Sistema de Gestión eficaz?

Estas personas fallan en su ejecución. Los planes son buenos, pero las empresas y sus dirigentes se vuelven distraídos por la urgencia y pierden el foco en lo importante. Es necesaria una ejecución superior en todos los niveles, y la mejor manera de hacer esto es desarrollar un sistema de gestión eficaz. Por definición, un sistema está incrustado en la cultura y lleva a cabo sin falta. Sí, se requiere disciplina, eso no es accidente. En cada nivel de la organización, el desarrollo de un sistema basado en las mejores prácticas y el desempeño disciplinado en ese sistema son requisitos previos para la ejecución con éxito del plan. En la planta de producción, los operadores realizan el mejor trabajo basados en la manera estándar, sabemos cómo hacer el proceso de hoy para lograr la seguridad, la calidad, la entrega y el costo. Dentro del equipo de gestión, también tenemos que seguir el sistema (trabajo estándar líder) con el fin de mejorar el rendimiento, cumplir con nuestros objetivos, y en última instancia, los objetivos estratégicos.

¿Cómo desarrollamos este sistema de gestión?

El sistema debe estar alineado con la dirección estratégica de la organización. Tenemos que estar dispuestos a cambiar nuestros procesos para lograr nuevos resultados. A medida que nuestro sistema de gestión se enfrenta a desafíos, debemos abrazar a esos problemas como tesoros u oportunidades de mejora. Y, por último, cuando se producen estos problemas, tenemos que centrar nuestra atención en el sistema, en lugar de las personas, esto es un cambio drástico. Nuestro sistema de gestión debe evolucionar y mejorar continuamente, y no puede hacer eso por culpar a las mismas personas, que éstas son el motor del éxito de la organización. Esto no quiere decir que no hay actores malos, a veces los cambios de personal tienen que ser hechos. Más bien, es el entendimiento de que la mayor parte de las veces las personas quieren el éxito para ellos y para la organización.

Los fracasos son, ya sea en el sistema (producción, gestión u otros) o en la incapacidad de alinear los recursos, la comunicación, o el desarrollo de liderazgo. La disciplina sigue siendo crítica, pero tenemos que desarrollar procesos y sistemas que sean más claros,  más fáciles y más robustos. Los sistemas de gestión eficaces evolucionan a través de una búsqueda incesante de la causa raíz y las acciones no correctivas diferentes al proceso de resolución de problemas que esperamos para nuestros pisos de venta. La disección de lo que salió mal y un enfoque en la causa y el efecto, nos dará la luz sobre las oportunidades que no sabíamos que existían previamente. Luego, a través de un enfoque disciplinado para la corrección, el sistema mejora. A través de este proceso, cumplimos o superamos nuestra visión estratégica.