Cada etapa de la Planeación Estratégica, si es implementada correctamente, rendirá frutos, sin embargo, cada una tiene puntos débiles, veamos algunos de ellos.


  1. Definición. Es un proceso que lleva tiempo cuando no se tienen definidos los objetivos, especialmente cuando las áreas tienen que acordar tanto los objetivos a perseguir en uno, dos o tres años, como establecer cuál será el porcentaje de mejora para cada uno de ellos. Contar un liderazgo objetivo con una visión integral del negocio, será vital en el proceso para lograr que el equipo directivo defina un Plan Estratégico adecuado a las necesidades del negocio en un tiempo corto definido.

  2. Despliegue. Debe haber una difusión general y formal de los planes estratégicos a todos los niveles por parte de los líderes de la organización, la mayoría de las compañías no lo hacen hasta los niveles base, solo lo hacen a niveles gerenciales limitando los resultados futuros. Contar con el compromiso de los niveles básicos de las organizaciones desde el inicio es indispensable, ya que son el brazo ejecutor de la mayoría de los resultados clave del negocio, que mejor que involucrarlos, motivarlos y considerarlos desde el inicio del proceso del negocio para enfocar sus esfuerzos a la estrategia del negocio.

  3. Implementación y ejecución. La palabra clave en este proceso es “DISCIPLINA” operativa. El talón de Aquiles es la consistencia, no estamos acostumbrados a la perseverancia para conseguir los objetivos. Es vital establecer un sistema de gestión simple, visual, consistente y lógico que nos ayude a controlar nuestros resultados de manera natural y sencilla. Hay que generar controles visuales simples y establecer rutinas básicas que nos permitan, sin mucho esfuerzo o tiempo, tener un “pulso” del negocio al día y poder reaccionar de manera oportuna ante la desviación de los objetivos. El Sistema de Gestión podrá apoyar en este control. Algunas preguntas que nos ayudarán en este proceso son: qué, quien, cómo, con qué, dónde, cuándo, cuánto; qué registrar, qué presentar como resultados y cómo rendir cuentas y cada cuando.

  4. Control y rendición de cuentas. Asociado al Sistema de Gestión diaria, el control visual y el establecimiento de KPIs, deben ser usados para consolidar los resultados de los objetivos corporativos. Adicionalmente, los procesos de traslape de seguimiento de los diferentes niveles de supervisión ayudarán a la rendición de cuentas tanto en piso (diario) como formal periódico (semanal, mensual) con resultados y propuestas de control a desviaciones del periodo.  

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