Es inevitable. No importa si no estás en la Ciudad de México, la inauguración de la Estela de Luz ha convertido a todos en especialistas de construcción. Tal como sucede en los partidos de fútbol, hoy ante el futuro monumento, todos son árbitros, delanteros y porteros. Y claro, sin saber muchos detalles están todos seguros de haber hecho un trabajo mejor.

Los temas a discusión se dividen en tres:

  • Aumento del presupuesto original.
  • Cambio en los materiales proyectados por unos de menor calidad.
  • Retrasos en la entrega.

Más allá de los temas políticos que rodean al proyecto, la Estela de Luz es un proyecto de construcción susceptible a mejoras de proceso. Y esa es nuestra especialidad. Como sabemos, la Estela de Luz es una columna recubierta de cuarzo, con iluminación inteligente, que debe medir 104 metros de altura en un espacio de 2 mil metros, en zona urbana con tránsito pesado. Debe contar con un área de exposiciones en un sótano y otra de usos múltiples en un segundo sótano. A nivel de calle, al rededor de la Estela habrá un espacio donde se albergue al público que la visite y se conmemore el Bicentenario de la Independencia mexicana.

Arriesguémonos a utilizar nuestra experiencia y proponer, ¿qué tanto nos distanciaríamos del proyecto que hoy se encuentra sobre Reforma en la Ciudad de México? Seamos imparciales y olvidemos nuestra opinión personal y tomemos este caso como una asesoría más. Si hoy nos propusieran realizar un proyecto con dichas características, ¿en dónde aplicaríamos LeanSigma®? ¿En qué hubiera beneficiado la filosofía en este proyecto?