En el artículo de TPM ¿Cómo le puede ayudar a su almacén de refacciones?  pudimos aprender de la gran importancia de migrar de cultura reactiva a una preventiva y se comentaron elementos básicos para tener un sistema completo de prevención. Pues bien, en esta ocasión me siento tentado a declarar que las estrategias de prevención, en casi cualquier sector de la industria, son mecanismos que nos reportan ahorro de recursos y por lo tanto un mayor valor en lo que estamos produciendo. En la lógica de sistematizar la mejora continua en cualquier industria, cuando estamos hablando de Manufactura Lean, no podemos escatimar en el aspecto preventivo del mantenimiento. Es muy simple, el Mantenimiento Preventivo representa un ahorro muy significativo por concepto de fallas que ya no ocurrirán, por percances que ya no se presentaron y por gastos fuera del presupuesto que ya no tuvieron que hacerse. Y por otro lado, esta innegable virtud de la prevención ofrece una armoniosa e in-interrumpida producción, lo cual constituye, desde luego, nuestro último fin.

Por estas razones, el mantenimiento preventivo es una inversión que no puede quedar de lado cuando de Manufactura Lean hablamos. Un ejemplo que se me antoja muy gráfico para poder mostrar la importancia de una estrategia de prevención está en los hornos de microondas. Si el horno pudiera echarse a funcionar sin estar la puerta debidamente cerrada podría ocurrir una tragedia. Es en ese sistema, a prueba de error, mediante el cual dicho horno no funcionará si la puerta no se cierra previamente donde radica el espíritu preventivo. Llevemos ese ejemplo a donde ustedes gusten. Todavía recuerdo la estrategia preventiva por parte de la Secretaría de Salud en México para salvaguardar a la población de la amenaza de la influenza H1-N1. Es incalculable la fortuna que se pudo ahorrar al evitarse una epidemia, y todo gracias a la prevención. .